Forjando una idea
En este primer artículo realizaremos un
breve análisis sobre la propuesta del nuevo entrenador de la Selección
Argentina, Jorge Sampaoli, en su debut contra el seleccionado brasilero
conducido por Tite, ex entrenador del Corinthians, y luego frente a Singapur en
la reciente gira por el sudeste asiático.
Como sostuvo públicamente el propio Sampaoli, en donde hace hincapié en la
importancia del mediocentro de todos sus equipos a la hora de explicar su
propuesta y el estilo que intentará imponer al conjunto albiceleste, creo
necesario hacer enfoque en el mismo para trazar algunas perspectivas de cara al
funcionamiento que se pretende alcanzar.
Observar el mediocampo de cualquier equipo
nos permite entender rápidamente la idea de juego que se pretende. Es decir, la
conformación del mismo (características de cada uno de los jugadores que lo
componen), las posiciones que ocupan en el campo (ocupación de los espacios
tanto en ofensiva como en defensa), los movimientos y funciones tácticas que
realizan en relación a las dos facetas de juego.
Por otro lado, podremos apreciar la
intensidad de juego, siendo uno más directo y vertical o uno con mayor pausa,
elaboración y manejo de los tiempos.
Otro aspecto a destacar, refiere al lugar
del terreno de juego en donde se planta un equipo e intenta imponer las
condiciones a su rival, siendo en campo propio, mitad de cancha o pleno campo
rival. En estrecha relación y similares parámetros se elige la presión (alta,
baja o media) encuadrándose en la estrategia adoptada.
En suma, se intenta trabajar en la
colectividad para potenciar la individualidad, y explotar la individualidad
para consolidar la colectividad; dos caras de una misma moneda.
Entendiendo que en un debut no se debe caer
en afirmaciones o conclusiones determinantes, y más teniendo en frente nada más
y nada menos que Brasil, y posteriormente el humilde (con el respeto que
se merece) Singapur, es posible vislumbrar ciertos lineamientos e intenciones
que el cuerpo técnico argentino pretende afianzar de cara al futuro.
Brasil
*Se atenderá principalmente el
funcionamiento del primer tiempo.
Con un esquema flexible y buscando la
versatilidad del mismo y de los jugadores dispuesto por Sampaoli, se pudo
apreciar un ritmo muy intenso con mucha presión (alta por momentos), en donde
casi no había espacio en mitad de cancha para una circulación fluida y limpia
de la pelota por parte de ambos equipos. Más bien se trató de transiciones
rápidas pero con ciertas desconexiones en 3/4 para la elaboración y ejecución
en ataque, explotando la velocidad y el desequilibrio de Di María en la banda
izquierda con algunos pases en profundidad. Poca o nula utilización del costado
derecho para atacar y con los tres de arriba muy cerrados cayendo en una
especie de embudo difícil de sortear.
En el aspecto defensivo, observamos mucho
espacio entre los centrales y el centro del mediocampo (Banega y Biglia), lo
cual fue muy bien aprovechado por el delantero brasilero Gabriel Jesús que
bajaba unos metros para pivotear con Williams y Coutinho abriendo la cancha
para que éstos rompan línea y les ganen la espalda a Di María y Gómez poniendo
un mano a mano con los centrales externos (Mercado y Otamendi) provocando
serias situaciones de peligro desde las bandas con los zagueros argentinos
quedando expuestos en varias oportunidades.
Otro aspecto a destacar, fue la falta de
movilidad para salir de la presión del rival por parte de todas las líneas
(algo lógico por el poco tiempo de trabajo, aunque es necesario señalarlo).
Singapur
Debido a las características y falencias
del rival, Sampaoli puso en cancha un equipo con gran cantidad de jugadores de
vocación ofensiva. Un partido marcado por el claro dominio argentino y las
notables diferencias de jerarquía entre ambos seleccionados. Un equipo ofensivo
pero con la paradoja de no contar de entrada con un 9 de área.
Se conformó un equipo con jugadores
mayormente ágiles y técnicos buscando explotar al máximo la posesión de la pelota
en campo rival, utilizando las bandas, y un 9 falso que entraba y salía
constantemente. La falta de peso en el área rival a la hora de generar situaciones
claras y concretarlas es un aspecto a atender, aunque cabe destacar los buenos
movimientos de Correa cumpliendo una función distinta a la habitual. Un ensayo
que se repitió en ambos partidos de la gira.
Con el ingreso de Alario y la vuelta de Di
María al costado izquierdo de la cancha (recordemos que en el primer tiempo
jugó por la zona central), Argentina ganó profundidad y mayor presencia en los
últimos metros, ya que anteriormente hubo muchos disparos de media distancia
ante la falta de claridad ofensiva. No podemos pasar por alto, que los dos
primeros goles vienen por graves desatenciones en la marca por parte del
seleccionado asiático en la pelota parada. Las actuaciones de Paredes, Nacho
Fernández y Banega merecen una mención especial, al igual que Biglia, el cual
pareciera perfilarse como un pilar en este nuevo ciclo.
Amén del resultado y los rivales, nos
centramos en el funcionamiento colectivo y la idea que se intenta forjar.
Pudimos observar algunos conceptos puestos en práctica (independientemente de
la efectividad en la aplicación), como la presión y un ritmo intenso, la
búsqueda de juego asociado con mucha movilidad para los desmarques y ocupar
bien los espacios, además de los distintos esquemas flexibles aplicados que se reconvertían dentro de un mismo partido.
Para cerrar, vale soslayar las gratas apariciones de nuevos jugadores
que pueden incorporarse, quizás, a un futuro grupo estable en la conformación
del plantel, y una nueva posibilidad para muchos de lo que ya estaban, pero
ahora en un funcionamiento y contexto diferente.
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