Un campeón multifacético
Regularidad, solidez, eficacia, personalidad,
carácter…, todos adjetivos que se suelen utilizar a la hora de describir a un
equipo que sale campeón. Cabe preguntarnos, hasta qué punto el actual campeón
del fútbol argentino reúne tales requisitos, siempre analizándolo dentro del complejo
contexto que significa el fútbol argentino.
Una aproximación a la idea de juego que se pudo
observar a lo largo del torneo nos permitirá comprender mejor de qué estamos
hablando.
Guillermo B. Schelotto, actual entrenador del
flamante campeón del fútbol argentino, Boca Juniors, siempre fue fiel a sus
convicciones en la propuesta de juego de sus equipos (incluyendo su anterior
etapa en Lanús). Algo para destacar, aunque no por ello limitado a la hora de
conformar los 11 titulares y los esquemas a utilizar, teniendo en cuenta altas
y bajas producto de lesiones, suspensiones, bajo rendimiento, el rival de
turno, entre otras causas.
Partiendo del análisis de su propuesta de
juego, es que llegamos a distinguir los ejes conceptuales sobre los que se
sustenta el funcionamiento pretendido por el entrenador xeneize (al menos lo
que logramos observar desde fuera y a distancia).

A esto hay que sumarle el rol clave y protagónico
de Carlos Tévez, pieza fundamental, la cual había que complementar con el resto
del equipo para explotar su máximo nivel individual y lograr un buen
funcionamiento en lo colectivo; el respaldo al afianzamiento de Benedetto como
9 titular, y la posterior inserción de Gago tras la vuelta de su larga lesión
(fecha 11 vs San Lorenzo). Prueba de ello, es la puesta en práctica de diversos
esquemas (4-3-3 / 4-2-3-1 / 4-3-1-2), utilizando a Tévez detrás del 9, como
enlace, y en ocasiones como centro delantero ante la ausencia de Benedetto.

En la segunda ronda del torneo y tras la ida de
Carlos Tévez, se retorna a la “idea madre” antes mencionada, apoyándose ahora
en el talento y desequilibrio de Centurión. Transformándose en un equipo
explosivo, muy vertical y apostando a la velocidad de los extremos y la
capacidad goleadora de un 9, que de a poco ,comenzaba a pagar con importantes
goles desde su jerarquía individual.

Como corolario del proceso, Boca Juniors logró coronarse campeón del fútbol argentino, con casi tres fechas de antelación, siendo el equipo con mayor cantidad de goles y la valla menos vencida junto a Defensa y Justicia. La notable capacidad goleadora de Benedetto lo convirtió en figura y goleador del torneo.
Con altibajos, pero con gran capacidad de
respuesta en momentos de mayor incertidumbre, supo imponer su jerarquía y
carácter frente al resto de sus oponentes y principales competidores por el
título. Un enorme logro que ilusiona al hincha de Boca con un nuevo y
prometedor ciclo en la historia azul y oro.
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